domingo, 5 de junio de 2016

Era...

Era agradable estar tumbada, oír, como si estuviera muy lejos, el ruido de la calle: las voces de los niños, el soniquete de un motor, el ladrido de un perro... Era agradable estar tumbada y sentir cerca el ronroneo de mi gata, intuir cómo se acicalaba con parsimonia, primero las patas, luego la cara. Era muy agradable tener el móvil en silencio, cambiar de postura para buscar otra aún más cómoda, posponer las obligaciones sin ningún cargo de conciencia. Era muy agradable olvidarme de los obstáculos que este equipo me pone siempre en el camino (acaba de comunicarme que su ritmo es lento, que en su interior hay una multitud de archivos basura que deberían ser eliminados y no sé cuántas cosas más). Era muy agradable obviar que mañana es lunes y empieza una semana que promete ser dura. Era muy agradable escribir estas pocas líneas y pensar que quizá tú las leerías en algún momento. Era...

C.M.SB.



No hay comentarios:

Publicar un comentario