domingo, 13 de diciembre de 2015

El tiempo que no pasa

El otro día casi tropecé con alguien a quien hacía mucho tiempo que no veía: una señora con la que jamás he cruzado una palabra y que, no obstante, forma parte de mi memoria. Desde que era niña la he visto caminar por el centro de la ciudad, siempre sola, siempre impecable y elegante, siempre igual, como si el tiempo no llegara a rozarla. El suyo es de esos rostros que se hacen familiares desde la infancia y que, sin embargo,  olvidas hasta que los vuelves a ver mucho después.  Son caras que nunca fueron jóvenes y que, al parecer, nunca llegarán a ser viejas. Curiosamente, todos esos rostros archivados en mi retina pertenecen a mujeres. Todas son diferentes, pero tienen algo en común: pasean solas y miran a su alrededor sin un asomo de sorpresa, como si nada hubiera cambiado, como si el tiempo también se hubiera detenido en las calles de la ciudad.

C,M.SB.

Leopoldo Pomés


2 comentarios:

  1. "Ellas danzan solas" cantaba Sting refiriéndose a las "Madres de Mayo"... Creo que tienes razón. Siempre pensé que la verdadera fuerza de la Humanidad, la que protege, la que está por la vida y no por la confrontación, radica en la mujer. Bonito texto. Bonita memoria, la tuya... que rescata lo que un principio puede parecer nimio para darle trascendencia. Enhorabuena, Carmen.... Saludos.

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  2. Un comentario agradable es suficiente para alegrarme el día. Gracias y hasta pronto.

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