viernes, 30 de diciembre de 2022

Presencias

Los días se llenan de presencias. 

Presencias fugaces.

Presencias que consuelan y escuchan,

que aconsejan y hablan,

que ríen y abrazan,

que regalan y ofrecen, 

que recuerdan y callan.

Presencias que dan luz,

que destapan posibilidades,

que caminan a tu lado,

que sujetan y apuntalan.

Presencias que alivian y calman,

necesarias, imprescindibles.

Presencias presentes,

presencias futuras,

tan solo un quizás.

C.M.SB.

¿?



lunes, 26 de diciembre de 2022

La pluma

Aquella pluma, blanca, suave y ligera, proporcionaba la felicidad a quien jamás la dejaba ir. Así, desde hacía largo tiempo, Yusuf la sujetaba entre sus dedos con la esperanza de ser dichoso. Durante la noche, se la ataba con una cuerdecita para no perderla cuando el sueño se apoderaba de su cuerpo. El miedo a que se soltara apenas le dejaba descansar. Durante el día, hacía acopio de todo su ingenio para protegerla de cualquier golpe del viento. No era fácil llevar a cabo sus tareas sin soltar jamás la pluma y sus movimientos se hacían cada vez más torpes y rebuscados. 
Pasaban las semanas y los meses y Yusuf languidecía. Pero, cuando su ánimo se veía derrotado y sus esperanzas frustradas, se repetía que debía tener paciencia. Que, si persistía y no se daba por vencido, en algún momento la pluma le traspasaría todo su poder. 
Un día, camino del mercado, un hombre que andaba distraído tropezó contra Yusuf con tal fuerza que le derribó. Instintivamente, para frenar el golpe, Yusuf abrió la mano antes de caer al suelo. La pluma se escapó entre sus dedos. El muchacho maldijo al hombre y gateó para intentar atraparla. 
Con desesperación, vio que un niño la había cogido y que, depositándola en la palma de su mano, soplaba con gran empeño para hacerla volar. 
La pluma, blanca, suave y ligera, se elevó en el aire. La brisa aún la ayudó a subir más. 
Con las pocas fuerzas que todavía le quedaban, Yusuf corrió tras ella con los brazos extendidos, pero la pluma, por fin libre, seguía alejándose en dirección al cielo. 
Yusuf cayó de rodillas cuando comprendió que la pluma estaba fuera de su alcance. Y, así, de rodillas, lloró amargamente. Lloró hasta que sus lágrimas se agotaron, hasta que su corazón quedó vacío y limpio de todo pesar. Fue entonces cuando logró ponerse en pie. 
Yusuf secó su rostro y levantó los ojos. La pluma había desaparecido de su vista, perdida quizás entre las nubes blancas de la mañana. 
El muchacho echó a andar y, por primera vez en mucho tiempo, en su pecho se encendió un pequeño destello de felicidad.

C.M.SB. 
¿?


jueves, 22 de diciembre de 2022

Felices fiestas

Mi homenaje a Ferrándiz y a todas las Navidades felices. Ojalá esta lo sea para ti.

C.M.SB.


Ferrándiz

 

jueves, 8 de diciembre de 2022

Pies fríos

Un paseo bajo la lluvia.

El recuerdo de unos pasos junto a los míos.

Vuelo de campanas y de palomas.

El chapoteo de los patos junto a la cascada.

Hojas que caen sobre las hojas caídas.

Pies mojados y fríos.

Un parque solitario.

La incertidumbre de una espera.

El anhelo de otro momento.

El refugio seguro de las palabras.

C.M.SB.

¿?



miércoles, 7 de diciembre de 2022

Fantasías

Partir del mismo punto: los mismos pies, el mismo rostro, el mismo espíritu, igual corazón, la misma inteligencia y la misma persona. Y poder desplegarse para recorrer siete caminos diferentes, siete opciones distintas, siete alternativas que en nada tuvieran que ver entre sí. Y, tiempo después, llegar al final de los siete recorridos el mismo día, a la misma hora, con la puntualidad de quien acude a una cita ineludible.  Y cada una de las siete versiones de uno mismo contar al resto cómo andan el espíritu y el corazón después de seguir uno de los siete caminos. Y decidir - si existe- cuál fue el mejor itinerario en la vida. 

C.M.SB.

Fotografía: Vivian Maier


sábado, 3 de diciembre de 2022

Cuatro destinos, una espera

Esas cuatro mujeres esperan. E inevitablemente despiertan preguntas. ¿Qué o a quién aguardan? Ganas dan de ampliar la imagen, de estirar el margen derecho, de abrir del todo el telón para ver lo que hay más allá, fuera del alcance de nuestros ojos. Quizás se trata de una estación. Tal vez está a punto de llegar un autobús. Es posible que las cuatro vayan a emprender un viaje y que cada una piense en lo que encontrará en su nuevo destino. Quizás las cuatro sienten la misma inquietud, el mismo cosquilleo en el estómago. ¿Será la sensación de incertidumbre la que las mantiene tan cerca de ese muro tan alto, tan sólido, tan protector? Quién sabe si han elegido ese lugar para impedirse dar un paso atrás.

C.M.SB.




Fotografía: Vivian Maier

 

miércoles, 30 de noviembre de 2022

Palabras para hoy

El que puede estar sin hacer nada y no se aburre, sino que se complace en este estado, es el más perfecto. 

(Pierre Louis)

¿?


lunes, 28 de noviembre de 2022

Casi sin pensar

El sol sobre las copas de los árboles.

Las hojas secas en la acera. 

Una pausa antes de empezar la mañana. 

Adolescentes con mochilas al hombro.

Coches que circulan a tu espalda.

Palomas que van y vienen.

Una página en blanco.

Y palabras escritas con tinta roja.

Empieza el día.

C.M.SB.

¿?



martes, 22 de noviembre de 2022

Sin fin

El niño raro se sentó al borde de un agujero inmenso y negro. Cogió una piedra y la lanzó dentro para calcular su profundidad. Por mucho que se esforzó, no la oyó tocar fondo. Una vez más,  se hizo la misma pregunta que días atrás había abierto en su mundo aquel pozo negro. Entonces el agujero se hizo aún más grande y el niño apenas tuvo tiempo de agarrarse y evitar la caída. Luego, pensó en la piedra que había tirado. Lo probable era que, por lejos que estuviera,  hubiese alcanzado el punto más profundo, la raíz del agujero, el corazón de su duda. Atraído por este pensamiento, dejó que su cuerpo se deslizara. Había imaginado una caída rápida. Se equivocó. Cayó suavemente, como una pluma, igual que estaba cayendo la piedra, que planeaba unos metros por delante de él. En su caída, la piedra se había hecho luz, una pequeña lamparilla que brillaba en la negrura. El niño abrió mucho los ojos y vio que de la punta de sus dedos también salían pequeños rayos luminosos. Y que estos, a su vez, se multiplicaban y dibujaban diminutas estrellas en las paredes del pozo. Fue en ese momento cuando comprendió que estaba asistiendo a un nacimiento inesperado. Dentro de su pregunta, en el interior de su duda, estaban surgiendo todas las respuestas. En ese instante el pozo se hizo más grande y el niño supo que no tenía fin.

C.M.SB.

¿?


domingo, 20 de noviembre de 2022

Esencias

Allá, bajo las aguas, hubo un día una aldea. Y en la aldea, una pequeña iglesia. Piedra a piedra, aquel edificio fue rescatado mucho tiempo después del fondo del lago. Manos afanosas arrancaron sus líquenes y bruñeron las campanas. Y, piedra a piedra, volvieron a levantar la pequeña iglesia en una ciudad, muy lejos del lago y de aquellas montañas. Cuentan que, de vez en cuando y de forma inesperada, sopla sobre la iglesita una brisa viajera, un aliento húmedo y cargado de esencias del pasado. Cuentan que la brisa se hace viento y el viento mueve las campanas. Y que cuando estas doblan, cantan con la voz profunda y remota del agua. 

C.M.SB. 



¿?


sábado, 19 de noviembre de 2022

La vida sobre un triciclo

Paseas en la mañana fría. Ves al niño sobre el triciclo. Pedalea con gesto concentrado. A su lado, camina un hombre joven. Y del otro lado de la calle surge otro, mucho mayor. El abuelo, piensas. Este hombre abre los brazos, flexiona las piernas, sonríe mientras se acerca al muchachito. Observas la cara del niño. Su gesto sigue siendo serio mientras continúa pedaleando, mientras se aproxima al abuelo feliz. La mirada del niño te parece la de un viejo que, impasible, contempla el mundo sin asombro alguno. Sin embargo, los ojos del abuelo son los de un niño que va al encuentro de una ilusión. Salvada la distancia, el abuelo detiene al niño y lo abraza. Los dos se confunden. Y ya no sabes dónde termina la vejez y dónde empieza la infancia. 

C.M.SB. 


¿?


lunes, 14 de noviembre de 2022

Bajo ese tejado

Cae la lluvia sobre tu paraguas. Gotas sueltas, gotas grandes. Paf, paf, paf. Y hay algo en ese sonido que te lleva a casa, a sus habitaciones, a sus pasillos, a sus rincones. Imaginas la casa en la penumbra de la mañana gris. Ves la cama hecha, el libro cerrado sobre la mesilla de noche, la taza de café sobre el escurridor. Oyes el silencio, el discurrir del tiempo en la voz de un reloj de pared, los pasos sigilosos de tus gatas. Ves el ordenador apagado, los retazos de calle a través de las ventanas, la ropa tendida y quieta, esa nota escrita con tu letra en la prisa de las primeras horas. Caminas bajo el paraguas.  Ves la avenida, la gente, los coches mojados y, sin embargo, tú estás en ese otro lado,  en esa casa, en sus habitaciones, en sus pasillos y en sus rincones. Tú estás bajo ese tejado, a salvo de la lluvia, de esas gotas sueltas y grandes. Paf, paf, paf.  

C.M.SB.

¿?


jueves, 10 de noviembre de 2022

Una mañana de noviembre

Paseas en la mañana de noviembre y entras en la librería con el único afán de buscar posibilidades entre las páginas. Al salir, haces una lista mental de los libros que te gustaría leer. Y, mientras, observas. Te fijas en esas tres personas que toman chocolate en una terraza. Están en silencio, como si lo único que les apeteciese compartir fuera el roce del sol en la cara, el sabor dulce, el calor que desprende la taza. Tal vez esas sensaciones les unen más en ese instante que las palabras que callan. Ves al hombre inmigrante parado en la esquina. Su mirada y sus dedos se apoyan en la pantalla de un móvil. Quizás busca un mensaje llegado de lejos, de su país, de ese otro lado. Es posible que esté tratando de encontrar un lugar seguro, una tabla a la que agarrarse, un contacto que le haga sentir menos solo, menos náufrago. Más allá ves a un señor que camina de forma extraña, a pasitos muy cortos, como si tanteara con los pies el asfalto, como si ante cada pisada se abriera la amenaza de una caída, de un tropezón. Tus ojos saltan de una persona a otra. Y eligen a otro hombre. Este es joven y alto. Viste de traje. Habla por teléfono y, mientras lo hace, camina de un lado a otro de la acera. Jurarías que no ve nada, que no oye el ruido de la calle, que no se da cuenta de que le miras.  Está concentrado en la conversación. Hay prisa en sus manos, en sus zapatos. Sigues tu camino, apurando ese rato de descanso, ese paréntesis abierto en la mañana de noviembre. En tu cabeza bullen todas las posibilidades descubiertas en la librería, todos los fragmentos de vida, todas esas historias desconocidas, todas las palabras que decides escribir. Miras al frente y sorprendes tu silueta reflejada en un escaparate. Y, mientras te aproximas a la luna de cristal, observas tu manera de caminar, tu gesto concentrado, esa cara de quien está y no está, esa vida imposible también de descifrar. 

C.M.SB. 

¿?


domingo, 6 de noviembre de 2022

Palabras para hoy

Tejió historias para no sentirse sola.

La tejedora

(Belén Catalano)

Belén Catalano
Ediciones Membrilla


domingo, 30 de octubre de 2022

Hay...

Hay una lluvia de hojas secas en la mañana.

Y un calor reconfortante bajo la manta.

Hay secretos guardados en el silencio.

Y una música que suena muy bajita.

Hay infinidad de rutas.

Y un camino hacia el que volver.

Hay una puerta abierta.

Y una luz encendida en alguna parte.

Hay un deseo.

Y unos pies inquietos.

Hay... 

C.M.SB.

¿?


domingo, 23 de octubre de 2022

Cuestión de clases

En la familia siempre hubo dos clases. A la derecha, los triunfadores. A la izquierda, el resto. 
Murió la tía Palmira y legó su vivienda y sus ahorros a los que siempre fueron sus elegidos. Y no solo eso. También su fantasma manifestó sin reparo sus preferencias. A los unos se les presentaba a horas razonables y luciendo el traje de los domingos. Al resto, a los desheredados,  los sobresaltaba en los momentos más inoportunos, despeinada y con la bata de andar por casa. 

C.M.SB. 


¿?



viernes, 21 de octubre de 2022

Dos del derecho, dos del revés

Mi abuela hacía punto y contaba historias. 
Todavía recuerdo el ruidito que hacían las agujas cuando chocaban entre sí. Y cómo la velocidad de los puntos- dos del derecho, dos del revés- se amoldaba al ritmo de las palabras.
A mi abuela le gustaba mezclar colores.
Lana roja para las historias de amor.
Negra para las que contaban la muerte.
Azul para las que hablaban de marineros y tormentas.
Verde para inventarles nombres a los duendes. 
Los puntos nunca quedaban igualados. 
Eran flojos y demasiado sueltos si los labios de mi abuela reían.
Apretados si su cara tomaba una expresión seria.
Todavía recuerdo el tacto de aquellos jerséis de mi infancia.
Yo cerraba los ojos y mis dedos acariciaban la lana, ese mapa tejido con los colores de las historias.

C.M.SB.

¿?


 

jueves, 20 de octubre de 2022

Palabras para hoy

Si te mueves rápido, para el caracol será como si no existieras.

Bajo las piedras

(Arianna Squilloni)



miércoles, 12 de octubre de 2022

Y si...

¿Qué hubiera sucedido si en lugar de girar a la izquierda hubieras decidido torcer a la derecha? ¿Y si tus palabras hubieran sido distintas a las que pronunciaste? ¿Y si en aquella ocasión hubieras arriesgado? ¿Qué habría ocurrido si tal o cual día te hubieras lanzado o, por el contrario, te hubieras detenido a tiempo? ¿Cuántos desenlaces te estarán esperando en vano en todos los futuros posibles? ¿Qué parte de la nostalgia se deberá a las personas que no conocerás, a los países a los que no viajarás nunca, a los libros que has rechazado, a la infinidad de caminos que habrías podido recorrer, a todas esas vidas que has dejado de vivir?

C.M.SB.

¿?


lunes, 10 de octubre de 2022

Cosquillas

El niño raro extendió las manos y en ellas cayó la lluvia. Mientras las gotas le empapaban, el niño veía cómo las líneas de sus palmas se teñían poco a poco del color de la hierba. Luego vinieron las cosquillas. Y es que las finas briznas estaban empezando a abrirse paso a través de su piel. Ilusionado, lanzó sus ojos al cielo para descifrar el mensaje de las nubes. Sin duda, prometían más lluvia. De modo que se sentó y abrió aún más las manos. Si tenía paciencia, quizás conocería las cosquillas de las flores en sus manos.

C.M.SB.


¿?


sábado, 1 de octubre de 2022

Palabras para hoy

A veces, en cuanto salgo de casa y doblo la primera esquina o bajo los escalones del metro, dejo atrás lo que soy, y me aturde y me excita el gran espacio en blanco en el que se convierte mi vida, sobre el que parece que van a imprimirse con más brillo y más nitidez las sensaciones, los lugares, las caras de la gente, las historias que escuche.

Sefarad

(Antonio Muñoz Molina)

En la imagen: A. Muñoz Molina


jueves, 29 de septiembre de 2022

Muda

Habla, cuenta su vida: la casa, su marido, los hijos, el perro, el jardín. Escuchas y, de vez en cuando, sueltas un monosílabo o asientes con la cabeza o simplemente la miras para confirmar que sigues ahí, atenta. Y ella continúa contando. La comida toca a su fin, ya está el café sobre la mesa. Ambas dais vueltas a la cucharilla, por primera vez en silencio. Es entonces cuando ella te pregunta cómo te va a ti. Observas sus ojos. No terminan de mirarte. Revolotean.  Aunque intuyes que tu respuesta no llegará a producirse, despegas los labios por inercia, por costumbre, por cortesía. Ese mínimo movimiento, esa primera sílaba que aún no ha llegado a esbozarse, la mera posibilidad de un cambio de rumbo, es suficiente para que ella se levante y te deje con la boca ligeramente abierta. Ves entonces que se ha sentado en el otro extremo de la mesa, al lado de otro comensal. Y de nuevo, de manera más lejana,  la oyes contar su vida: la casa, su marido, los hijos, el perro, el jardín. Sonríes para tus adentros y, muda, saboreas el café.

C.M.SB.

¿?


domingo, 25 de septiembre de 2022

Paisaje

Levantas la mirada y tus ojos ven un paisaje de nubes y pájaros. Todos, pájaros y nubes, se abandonan al viento y se dejan llevar. Y, de pronto, las palabras te piden que las permitas marchar. Quizás también ellas necesitan surcar el aire para encontrar un sitio en el que anidar.

C.M.SB.

¿?


martes, 20 de septiembre de 2022

El cierre

Paseas en la tarde. Pronto va a oscurecer. Sobre el parque se descuelgan las ventanas iluminadas de unos pocos edificios. Algunas están abiertas y por ellas se escapan voces, pequeños fragmentos de las vidas que hay más allá de los cristales. Te adentras bajo los árboles y te llega el sonido de una persiana que baja. Ese ruido te hace pensar en el interior de una casa, en esa mano que agarra la cinta y tira de ella con energía, en ese deseo de aislamiento. Quien baja la persiana decide no ver cómo la tarde se diluye en la noche, ni oler la lluvia que se acerca.  Decide también no contemplar las sombras susurrantes de los árboles, tampoco las siluetas de los que, como tú, pasean sin prisa mientras el verano se acaba. Quizás cierra la persiana como quien silencia el tic tac de un reloj, como quien se encierra en su refugio para escuchar solo su propio latido.

C.M.SB.

¿?


viernes, 16 de septiembre de 2022

Adivinanzas

Intentamos adivinar las intenciones de los demás cuando ni siquiera conseguimos interpretar bien las nuestras. 

C.M.SB.

¿?


lunes, 12 de septiembre de 2022

El pasmo de cada despertar

Al terminar la jornada laboral, su ánimo se amoldaba nuevamente a la indolencia, a esa sensación placentera de ser dueño de las horas, al sabor dulce de la libertad. Tanto era así que, cada mañana, el despertador siempre le pillaba por sorpresa. Sí, con cada amanecer, con auténtico pasmo, debía recordarse a sí mismo que su verdadera naturaleza no casaba en absoluto ni con la realidad ni con el orden de los días.  

C.M.SB.

¿?


domingo, 11 de septiembre de 2022

sábado, 3 de septiembre de 2022

A tu lado

Suena el teléfono. 

Tú estás en un lado de la ciudad.

Él, en otro.

Le cuentas que, entre los árboles del paseo, asoma el atardecer.

Él, desde ese otro lugar, también lo ve asomarse entre los edificios.

Parecen montañas, te dice, pero son nubes.

Qué bien te suenan esas palabras.

Tan bien que necesitas escribirlas.

Para que perduren, para que se queden aquí, en este espacio, a tu lado.

C.M.SB.

Fotografía: C.M.SB.



miércoles, 31 de agosto de 2022

Palabras para hoy

Y, al llegar a casa, descubrió que en la mochila se había quedado un trozo de nube y, contemplándolo, comprendió que no es bueno tener siempre, siempre, siempre los pies en el suelo.

Lejos

(Pablo Albo)



martes, 30 de agosto de 2022

Marea baja

Como cada tarde, el niño raro contempló cómo bajaba la marea. Ante sus ojos, de una forma casi imperceptible, el mar se alejaba de la orilla y dejaba tras de sí su fondo marino, esa arena empapada sobre cuya superficie quedaba un rastro de conchas y de algas varadas, de surcos ondulantes a través de los cuales se podía adivinar la dirección que habían seguido las olas. Al niño le gustaba hundir los pies en esa humedad cálida y acogedora, seguir el camino que antes había habitado el mar, andar para ir a su encuentro. Y, una vez alcanzada el agua, dejarse flotar como una barca a la deriva, los ojos cerrados al sol, abandonado todo su cuerpo a ese mar que seguía ensimismándose, replegándose en esa timidez en la que al niño le gustaba navegar en cada atardecer. 

C.M.SB.

¿?



jueves, 25 de agosto de 2022

Registro

Anoche te despertó el sonido de la lluvia. Apenas unas gotas, apenas unos instantes. Un pequeño regalo entre sueño y sueño. Quizás suficiente para devolverte un poco de ánimo, las ganas de hacer, de caminar en el nuevo día. 
Hoy paseas hasta encontrarte con ese árbol- tan débil aún- que riegas a menudo desde que empezó el verano. Te ilusiona ver cómo resiste al calor de cada jornada, cómo crecen sus hojas. Quieres creer que algo de ti quedará en esas raíces, en ese tronco. Ojalá su vida sea larga. Ojalá crezca fuerte y sano.
Otros pasos te llevan a la biblioteca. Tus ojos buscan entre las estanterías la historia que te llama insistentemente: Cara de pan. Con el libro bajo el brazo, con ese tesoro recién conquistado, recorres la galería y ahí te reencuentras con las esculturas de Sonia Cardunets. Observas esas figuras esbeltas y alargadas, esos rostros tan diminutos y tan cargados de expresión, la magia de esos brazos, de esas piernas infinitas. Y piensas que te encantaría tener una de esas piezas cerca de ti, al alcance de tu mano, siempre disponible para el capricho de tu mirada.
Te acercas a la casa de tu infancia y te cruzas con ese vecino de siempre, ese hombre que camina por la acera arriba y abajo, arriba y abajo, obsesivamente, como un centinela cuya misión consistiera en vigilar el portal. Te mira con ojos vacíos de memoria. Ya no te reconoce. Quizás ni siquiera se reconoce a sí mismo. Tal vez por eso anda y desanda el mismo recorrido una y otra vez. Tal vez le guíe la confusa esperanza de encontrarse con aquel que fue. Ese es tu pensamiento, ese es el fogonazo que se enciende en tu mente, una mecha que te recorre desde la cabeza hasta los dedos. Y, de pronto, te surge la urgencia de parar, de sentarte ante las teclas, de hacer un registro de tus últimos pasos, de las horas que han llegado tras el regalo efímero de la lluvia.

C.M.SB.

Escultura: Sonia Cardunets



lunes, 22 de agosto de 2022

Una noche de agosto

La noche va ganando ya terreno al sol. Vuelves a casa bajo la tenue luz de las farolas y atraviesas el parque. Un grupo de vecinos charla junto a un banco, tal vez esperando un fresco que aún tardará en llegar.  Hay una niña balanceándose en el columpio. El pelo le tapa la cara y es imposible verle el gesto. Y tú, tan dada a inventar, empiezas a escribir en tu mente la pequeña historia de una niña que se impulsaba con sus propias piernas para subir muy alto, para rozar con los dedos de los pies las estrellas de una noche de agosto.

C.M.SB.


¿?


domingo, 21 de agosto de 2022

Este instante

Escribir y despegarte del suelo.

Aspirar el aire y enroscarte en su aliento fresco.

Caminar de puntillas, con los brazos abiertos, con la cabeza ligera.

Vaciar el corazón para llenarlo de nuevo.

Esparcir semillas a puñados.

Buscar una tierra buena.

Y crecer.

Extender la mano para agarrarte a esa rama que baila.

Y bailar con ella.

Disfrutar de este instante.

C.M.SB.


¿?




sábado, 20 de agosto de 2022

Peces voladores

Hace mucho tiempo, una bandada de pájaros perdió el rumbo. Desnortadas, las aves volaron durante largos días y largas noches. Y así fue cómo hallaron el espejo en el que se reflejaba ese cielo que no conseguían alcanzar. El mar, generoso y abierto, las acogió entre sus aguas.
Aquellos pájaros se convirtieron en peces. Todavía hoy, toman impulso con sus aletas para ir en busca de aquel cielo que no lograron encontrar.

C.M.SB.

¿?


miércoles, 17 de agosto de 2022

Tu nombre

Hoy te has despertado conmigo, Bosque. Desde muy temprano, te he oído en esa canción que conocí recientemente y que, a saber por qué, me permite encontrarme contigo, en cada palabra, en cada acorde. Hoy me has acompañado en el paseo de los árboles y te he visto, como en aquel otro tiempo, olisqueando la tierra, buscando esos aromas que siguen escondidos y reservados solo para ti. Hoy he visto tu sombra entre las sombras vivas del camino. Hoy, Bosque, como tantos otros días, tu nombre me invita a perderme en la alegría de aquellos pasos, de todas aquellas mañanas.

C.M.SB.

Fotografía: C.M.SB.


sábado, 13 de agosto de 2022

Párrafos para recordar (10)

Hoy está húmeda la mañana. Respiro hondo para que este aire tan limpio, tan húmedo y tan puro de montaña me llegue hasta lo más hondo de los pulmones. Este aroma de tierra y de árbol y de mañana. No me extraña que la gente de aquí arriba sea más buena, más auténtica, más humana, si respiran este aire todos los días. Y beben agua de este río. Y contemplan todos los días la belleza de estas montañas mitológicas, tan hermosas que duele en el alma.

Canto yo y la montaña baila

(Irene Solà)




martes, 2 de agosto de 2022

A todo esto

Ignoras el motivo, pero ayer comprobaste que el teclado se había vuelto loco. Las tildes habían sido sustituidas por apóstrofos y habían desaparecido signos como el de la interrogación. Se te ocurre que la tecnología te jugó una de sus bromas pesadas. ¿O el desaguisado fue producto del paseo que tu gata se dio por encima de las teclas? La verdad es que fue todo un reto esquivar las preguntas y evitar las palabras acentuadas. Afortunadamente hoy ha vuelto todo a su ser. Un alivio ver que algo sigue estando donde debería. 
A todo esto no sabes por qué has escrito todo lo anterior. Tú intención inicial era colgar en este espacio un balcón.
Con sus plantas y sus lunares.

C.M.SB.

Fotografía: C.M.SB.



domingo, 31 de julio de 2022

Ese mar

Ahora que ya estás lejos, te gustaría regresar a esas tardes en que veías posarse el sol sobre el agua para dibujar un camino de luz. Te gustaría volver a ver las sombras sin rostro de los que, como tú, paseaban sin prisa por la orilla. Qué agradable sería sentir de nuevo el viento en la cara, llenar los pulmones de ese aire distinto, olvidarte del antes y del después para vivir solo ese instante, ese presente lento y encapsulado en las sensaciones. Qué bueno cerrar los ojos para no desear otra cosa que continuar asomada a ese mar. 

C.M.SB.





sábado, 30 de julio de 2022

Lecturas a orillas del mar

Visitas la Biblioplaya de Sanlúcar de Barrameda y felicitas al voluntario que la atiende en ese momento, una tarde extremadamente calurosa. Te explica que el Ayuntamiento hace un seguimiento de la aceptación del proyecto y, en ese instante, a pesar de llevar tu propia lectura, decides sacar un libro para darle vida a las estadísticas. El elegido es Las raíces del mar, de Fernando Alonso. Lo escoges porque conoces al escritor y te gusta. Además, el título parece el más apropiado para las circunstancias. 
Cuando vuelves a la hamaca, lees las primeras palabras, aquellas que el autor ha buscado para iniciar su historia. Ellas te confirman que tu elección ha sido acertada:


¡Hombre libre, tú siempre amarás la mar!

(Charles Baudelaire)


El más hermoso
de todos los mares
es aquel
al que no hemos ido
todavía.

(Nazim Hikmet)


Bajo los adoquines está la playa.

(Pintada sobre un muro de París,
mayo, 1968)





¡Felicidades a todos los que acercan la lectura a la orilla del mar!

C.M.SB.





miércoles, 20 de julio de 2022

Cenizas

La belleza se viste de luto mientras arde la vida y se quema la esperanza.

El futuro se está escribiendo con cenizas.

C.M.SB.



¿?

martes, 19 de julio de 2022

domingo, 17 de julio de 2022

Eso te parece a ti

Metes el contenido de tu compra en las bolsas. Deprisa, muy deprisa. O eso te parece a ti.  Luego pones la tarjeta de crédito sobre el datáfono.
Error en la lectura. 
La cajera, con gesto de fastidio, te indica que se ha sobrepasado el tiempo y que hay que volver a empezar. Su mirada es acusadora. 
Ojalá pudieras replegarte en tu concha y desaparecer. 
Te disculpas y vuelves a intentarlo. Deprisa, muy deprisa. 
Lectura correcta. 
La cajera arranca con energía el tíquet y te lo lanza por los aires, sin mirarte. Tú y tu lentitud habéis dejado de existir. Sus ojos ya están puestos en el siguiente cliente.
Agarras tus bolsas y huyes. 
Deprisa, muy deprisa. 
O eso te parece a ti.


C.M.SB.

¿?