lunes, 26 de diciembre de 2022

La pluma

Aquella pluma, blanca, suave y ligera, proporcionaba la felicidad a quien jamás la dejaba ir. Así, desde hacía largo tiempo, Yusuf la sujetaba entre sus dedos con la esperanza de ser dichoso. Durante la noche, se la ataba con una cuerdecita para no perderla cuando el sueño se apoderaba de su cuerpo. El miedo a que se soltara apenas le dejaba descansar. Durante el día, hacía acopio de todo su ingenio para protegerla de cualquier golpe del viento. No era fácil llevar a cabo sus tareas sin soltar jamás la pluma y sus movimientos se hacían cada vez más torpes y rebuscados. 
Pasaban las semanas y los meses y Yusuf languidecía. Pero, cuando su ánimo se veía derrotado y sus esperanzas frustradas, se repetía que debía tener paciencia. Que, si persistía y no se daba por vencido, en algún momento la pluma le traspasaría todo su poder. 
Un día, camino del mercado, un hombre que andaba distraído tropezó contra Yusuf con tal fuerza que le derribó. Instintivamente, para frenar el golpe, Yusuf abrió la mano antes de caer al suelo. La pluma se escapó entre sus dedos. El muchacho maldijo al hombre y gateó para intentar atraparla. 
Con desesperación, vio que un niño la había cogido y que, depositándola en la palma de su mano, soplaba con gran empeño para hacerla volar. 
La pluma, blanca, suave y ligera, se elevó en el aire. La brisa aún la ayudó a subir más. 
Con las pocas fuerzas que todavía le quedaban, Yusuf corrió tras ella con los brazos extendidos, pero la pluma, por fin libre, seguía alejándose en dirección al cielo. 
Yusuf cayó de rodillas cuando comprendió que la pluma estaba fuera de su alcance. Y, así, de rodillas, lloró amargamente. Lloró hasta que sus lágrimas se agotaron, hasta que su corazón quedó vacío y limpio de todo pesar. Fue entonces cuando logró ponerse en pie. 
Yusuf secó su rostro y levantó los ojos. La pluma había desaparecido de su vista, perdida quizás entre las nubes blancas de la mañana. 
El muchacho echó a andar y, por primera vez en mucho tiempo, en su pecho se encendió un pequeño destello de felicidad.

C.M.SB. 
¿?


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