lunes, 30 de noviembre de 2020

La multitud

El rostro del niño raro cambiaba a menudo y de forma inesperada. Ocurría sin previo aviso, sin señal alguna que pudiera prepararle para el sobresalto de encontrarse frente a esa cara nueva y siempre distinta. Jamás se repetían las líneas de la nariz y la boca, nunca eran iguales los trazos de las cejas ni las tonalidades de los ojos. Y lo mismo ocurría con la longitud de la barbilla y las orejas.
Tal era la fascinación por su propio rostro, que todos conspiraron para separarle de los espejos. Sin embargo, nadie pudo privarle de espiarse a sí mismo en cada charco o escaparate. Tampoco nadie fue capaz de quitarle la curiosidad de descubrir las infinitas caras que se escondían bajo su piel, la multitud de niños raros que habitaban en su interior.

C.M.SB.

¿?


jueves, 26 de noviembre de 2020

Ojos cerrados

La mujer encendió la lámpara para buscar su dedal en el costurero. La servilleta tenía difícil arreglo. Había agujeros por todas partes. Sin embargo, no tenía cosa mejor que hacer en aquella tarde de lluvia. Así que activó la radio para ocultar el silencio y se entretuvo en coser con absoluta parsimonia. Mientras lo hacía, la mujer tenía la extraña sensación de estar cerrando ojos. Sí, parecía absurdo, como todo en aquel día triste y gris.
Su marido llegó minutos más tarde. Sin una palabra, se sentó frente a ella, prendió su pipa y apagó la radio. Quería leer el periódico y, al parecer, no podía concentrarse con el ruido. Ella no dijo nada, no protestó. Tan solo pensó que, en ese instante, cientos de ojos habían cerrado sus párpados. 
Poco a poco, fue terminando la tarea. No se podía hacer nada más. Había puesto gran cuidado en cada uno de los remiendos.
Su marido levantó la vista y le arrebató la servilleta. Tras inspeccionarla, la lanzó al otro extremo de la mesa, como quien lanza un objeto inservible a la basura. La mujer tuvo que incorporarse en la silla para recogerla e, inconscientemente, la sacudió en el aire para limpiarla de un polvo invisible.
El hombre murmuró algo entre dientes, dobló el periódico, apagó su tabaco y salió de la cocina arrastrando los pies. Su mujer observó la cazoleta de la pipa. La luz de otro ojo se había extinguido en aquella tarde de otoño. Suspiró y guardó el dedal en el fondo del costurero. Al hacerlo, tuvo la precaución de poner la abertura hacia abajo. Luego, apagó la lámpara y quedó sumida en la penumbra. Todos los ojos estaban cerrados. También los suyos. Hacía ya mucho tiempo.

C.M.SB.

¿?
                                                                           

viernes, 20 de noviembre de 2020

Secretos

Esas arrugas podrían ser surcos abiertos en la tierra, líneas de la vida en la palma de una mano, itinerarios de metro en un plano, avenidas en un callejero, caminos trazados en la espesura de un bosque, cadenetas bordadas en una sábana o grietas en el muro de un edificio que soporta el transcurrir de los siglos.
Ella mira hacia otro lado, evitando la indiscreción de nuestros ojos, dejando en libertad a nuestra imaginación. En sus labios se apunta una sonrisa. Solo ella conoce los secretos guardados en los pliegues de su piel. 

C.M.SB.
Fotografía: Bastiaan Woudt

 

domingo, 15 de noviembre de 2020

Sola

Paseas a primera hora de la mañana. Sola. Parece que nadie más ha madrugado hoy. Observas las persianas echadas e intuyes los rostros dormidos, esas vidas en pausa. Mientras, el día sigue su curso, ajeno a lo que esperamos de él. Gorriones y palomas vuelan con absoluto desparpajo, como si el mundo fuera enteramente suyo. Las hojas caídas, mojadas por la lluvia de ayer, se pegan al suelo, agarrándose con empeño al paisaje de la ciudad. Contemplas las ramas de los árboles. Son manos de muchos dedos, dedos retorcidos y esbeltos. Da la sensación de que se hunden en el cielo gris. Como si quisieran abrirlo para desentrañar todos los misterios que hay más allá, en esa realidad que se esconde siempre ante nuestra mirada.

C.M.SB.

Fotografía: C.M.SB.


miércoles, 11 de noviembre de 2020

1, 2, 3...

Hasta ahora, el mes de noviembre te ha traído páginas que quedan en blanco. Y silencios. Las historias juegan contigo al escondite. 

C.M.SB.

¿?