Ese corazón de ida y vuelva, esas luces cambiantes, ese hablar de todo y de nada, esas olas mansas que te dejan mensajes en la orilla, esos pasos que se reencuentran con huellas de otro tiempo, esa calma y ese sobresalto, esa maleta ligera cargada de esperanza, esa habitación pequeña y demasiado grande, esa poesía arraigada en el paisaje y en el vuelo de las gaviotas, ese no saber, ese esperar frente a la impaciencia, esas callejuelas que parecen llevarte a alguna parte, esa mano hermana que se apoya en tu hombro, esos días azules que ya forman parte de ti.
C.M.SB.
Collioure Fotografía: A.M.SB. |
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