Lees y tu mirada se detiene en dos palabras: ánades sombríos. La combinación te parece tan perfecta que sientes la necesidad de repetirla en voz alta. Así, recién salidas de tu boca, estas dos palabras toman cuerpo y se anuncian como un posible título de vaya usted a saber qué. Quizás solo acaben convertidas en el encabezamiento de esta entrada. O tal vez no. Quién sabe si en un futuro las rescatarás de tu memoria para que encuentren su sitio en la portada de un libro. Lo que es seguro es que cuando ciertas palabras te llaman, se quedan contigo para siempre.
C.M.SB.
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