sábado, 16 de mayo de 2020

Un sueño interrumpido

El ruido que me despertó era leve, pero real. Se trataba sin duda del rasgueo de un lápiz sobre una superficie de papel. Sobresaltada, encendí la luz y allí estaba, sentado muy cerca de mi cama. Era muy pequeño y los pies no le llegaban al suelo. En el regazo tenía una libreta abierta. Las líneas escritas eran rectas y las letras, apretadas y diminutas. Sé que lo lógico hubiera sido preguntarle quién era y cómo había entrado en mi casa. Sin embargo, solo se me ocurrió pedirle explicaciones sobre lo que estaba escribiendo. Tus sueños, me contestó el niño raro. Tú siempre los olvidas y quizás, algún día, querrás recuperarlos. Duérmete, anda, me ordenó. La noche no ha terminado todavía y aún tengo que averiguar qué final le pondrás a este sueño interrumpido
Y, yo, sumisa, apagué la luz.

C.M.SB.

¿?



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