viernes, 27 de mayo de 2016

Cosas de los sueños

Soñó con él. Vio su cara, sus manos, su camisa y su gorra. Vio su bastón, el mismo que llevaba siempre, el mismo con el que saludaba al pasar. Su rostro parecía cansado, como si hubiera hecho un largo recorrido. En el sueño, nadie mostraba demasiada sorpresa por verlo de nuevo. Nadie alborotaba ni hacía aspavientos. Parecía cosa normal que un muerto regresara de su tumba. ¿Dónde has estado?, preguntaba alguien. Y él, con su gesto de cansancio, respondía: No lo sé, pero los días se me han hecho eternos.
Le invitaron a sentarse en la silla que siempre dejaban vacía. Y es que, en el fondo, llevaban mucho tiempo aguardándole.

C.M.SB.



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