sábado, 8 de agosto de 2015

Párrafos para recordar (séptima entrega)

Entre los muertos conocidos estaban el abuelo Antonio, que había llegado a tenernos en brazos dos o tres veces antes de morirse; y Manuela, la madre de la abuela. De ella sí nos acordábamos. Era una vieja chiquitita con el pelo muy blanco y espumoso como si tuviera una nube en la cabeza. La abuela se ocupaba de recortarlo cada luna nueva; yo la ayudaba poniendo las manos como un cuenco adonde ella iba dejando las hebras de cabello. Después lo echábamos al fuego porque si lo dejás por ahí los pájaros se llevan el pelo para tejer sus nidos y después a una le duele la cabeza.

Cementerio (Selva Almada)
Patio de columnas. Revista de verano. El País (7 de agosto de 2015)

Ilustración: Violeta Lópiz

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