jueves, 23 de febrero de 2017

Apuntes

La luz de hoy parece anunciar el final o el principio de algo y el aire transporta el olor a hierba mojada.  Ha caído la lluvia en algún lugar cercano. 
Han florecido mis cactus. En realidad, sólo algunos. Esas flores, tan difíciles de conseguir, tan efímeras,  me agradan más que ninguna otra.
Paseo por el parque y Tito levanta nubes de mosquitos.
Mis dedos buscan el teclado y se mueven al compás de estos apuntes deshilvanados.

C.M.SB.

¿?


miércoles, 22 de febrero de 2017

Historias agazapadas

En algún hueco libre, trasteo por diferentes espacios y, como quien no quiere la cosa, llego a un blog que no conocía: La Porte Rouge. Ahí encuentro la imagen que acompaña a estas líneas. Me impacta el contraste de colores: ese cielo oscuro, la nieve echada a un lado como cuando se retira la alfombra una vez que ha pasado el invierno, la trenca roja de la niña, sus botas negras... Quizás fue una fotografía improvisada o tal vez se preparó a conciencia. Nunca lo sabremos. Tampoco sabremos si ese rostro infantil, oculto bajo la capucha, tapa un gesto inocente o una mueca aterradora. Bajo ese trozo de tela roja se agazapan dos historias. Opuestas. Posibles.

C.M.SB.


martes, 21 de febrero de 2017

Lo pequeño

Todas parecen iguales, pero, para la mirada atenta, cada hoja es diferente a las demás. Basta con elegir una y observarla al detalle. Hay tiempo y las horas pasan sin sentir cuando uno está perdido en la inmensa belleza de lo pequeño.

C.M.SB.

Fotografía: Ian Nichols

domingo, 19 de febrero de 2017

sábado, 18 de febrero de 2017

Campanilla

Me siento a escribir estas líneas y, mi gata, como quien acude a una cita ineludible, aparece en mi regazo. De vez en cuando, detengo la escritura y le paso la mano por el pelo. Ella mueve la cola y observa el teclado con mucha atención, como si quisiera desentrañar el misterio de las palabras que ahí se guardan. Luego, cansada de mis caricias, se pasea por delante de la pantalla. Se sienta y, al hacerlo, me impide ver el texto. Me mira y entorna los ojos. A la luz de la lámpara, sus bigotes parecen más blancos que nunca. No tiene ninguna prisa por abandonar su cómodo asiento. Yo espero y, mientras tanto,  pienso cómo terminaré lo que he empezado. La verdad es que no tengo ni idea. 
Campanilla salta nuevamente sobre mis muslos y las palabras vuelven a abrirse paso sobre la superficie blanca. Hoy avanzan con mucha dificultad. Intento empujarlas, pero no hay forma. Mejor lo dejo. Voy a rascarle la tripa a mi gata.

C.M.SB.






viernes, 17 de febrero de 2017

Hay días

Hay días en que daría lo que fuera por tener una varita mágica con la que borrar el dolor de quienes tengo cerca. Me gustaría encontrar la fórmula para combatir la soledad que leo en algunas miradas, hallar las palabras necesarias para responder a las preguntas que no tienen respuesta, dar con la solución de los problemas que se me escapan porque nunca estuvieron en mi mano. Hay días en los que quisiera evitar lo inevitable. 

C.M.SB.

¿?

jueves, 9 de febrero de 2017

Lazos

Hay personas con las que, dadas las circunstancias, probablemente nunca estableceremos una relación estrecha y, sin embargo, tenemos la sensación de que, de producirse la situación adecuada, se crearía un lazo entre ellas y nosotros. Al menos yo tengo esa impresión cada vez que se presenta la oportunidad de hablar con algunas. Y es que las observo detenidamente y veo en ellas una pregunta que no llega a formularse, un interés que no termina de tomar forma, una sonrisa que se queda a medias, unos ojos que no acaban de mirar. Quizás ellas también reconozcan en mí la simpatía o la curiosidad que despiertan. No sé. A veces me pregunto si serán imaginaciones mías o si estos pensamientos los creará esa inevitable tendencia a fantasear sobre lo que podría ser y no es. 

C.M.SB.

¿?

martes, 7 de febrero de 2017

Piezas para un puzzle

Caigo de nuevo en la tentación de sentarme frente al teclado en el único rato realmente libre que he tenido a lo largo del día. Repaso todo lo que ha sucedido desde que esta mañana, muy temprano, sonó el despertador. Y parece mentira. Si uno se parara a detallar cada suceso de la jornada, vería que la lista es muy larga. Cuántas cosas pequeñas han ocurrido, con cuántas personas hemos hablado o hemos intercambiado una sonrisa, una mirada cómplice, una confidencia, esas menudencias que compartimos a través de las horas con todos aquellos que conforman nuestra realidad, desde los seres más cercanos y queridos hasta llegar al camarero que te sirve ese inevitable café. Cada pieza se engarza con la siguiente y, minuto a minuto, se va construyendo el puzzle de este martes que todavía no ha terminado y que aún puede ofrecer una ficha distinta e inesperada con la que se completaría la crónica de un día cualquiera y, sin embargo, único e irremediablemente irrepetible.

C.M.SB.

¿?

lunes, 6 de febrero de 2017

Yo también muevo los labios

Echo  la vista atrás y desando el camino. Busco entre mis propias palabras, entre las historias que escribí hace ya algún tiempo. Algunas las había olvidado, otras me gustaría olvidarlas y no recordar que son tan mías como estas líneas que escribo ahora. Encuentro cosas que me sorprenden y detalles que se repiten, muletillas en las que me apoyo de forma recurrente (quizás porque mis palabras no dejan de ser un reflejo de lo que soy o de lo que conozco). Trato de transformar algún texto y veo que no está en mi mano, que lo que pertenece al pasado no se puede cambiar. Así fue porque tal vez no debía ser de otra manera. 
De pronto me viene a la mente una mujer mayor a la que he visto cruzar la calle. Yo estaba dentro del coche, esperando a que ella alcanzara la acera. La anciana movía los labios, contándose a sí misma a saber qué historia. Seguramente es lo que hago yo a través de estos pequeños espacios que voy rellenando a lo largo de las semanas. Es posible que, muy a menudo, pierda de vista que tú, si así lo quieres,  puedes asomarte a esta ventana y oír lo que digo. Creo que si realmente me parara a pensarlo me quedaría muda.

C.M.SB.


¿?